El Tejar

Situado al sur de la población, es sin duda uno de los tesoros arquitectónicos de Azuel. Sus hornos, de más de dos siglos de antigüedad, recuerdan a elementos de la obra de Gaudí.

Con formas sinuosas, de piedra, barro y cerámica, dispersos a lo largo de un sendero que serpentea entre arroyos, anfiteatros al aire libre, lavandas y romeros, no dejará indiferente a nadie.

Historia

Este tipo de horno ya era usado por los íberos alrededor del 2.500 a. C. El Tejar de Azuel debió empezar su producción en el momento en que las chozas pastoriles de la Venta de Azuel comenzaron a transformarse en casas de piedra y teja cerámica.

En la parte inferior se encuentra la caldera, alimentada con jaras secas. En el piso superior se colocaban las tejas en la cámara de cocción para cocerlas durante varios días. Cuando la teja adquiría un color rojo, se tapaba el horno con tierra y se dejaba enfriar durante al menos tres días.

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